En este artículo hablaremos de la ansiedad y como puede afectar en nuestro día a día.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una respuesta innata de nuestro organismo que tiene como objetivo nuestra supervivencia. Cuando nos encontramos delante de un peligro, el circuito de la ansiedad se pone en marcha, haciendo que reaccionemos de la forma más eficaz para sobrevivir. Hemos evolucionado como especie y hemos superado muchas dificultades en el pasado gracias a la respuesta de ansiedad.
La ansiedad es útil para afrontar peligros reales y situaciones cotidianas que implica un reto o desafío. La ansiedad nos ayuda a reaccionar mejor y con rapidez incrementando la probabilidad de evitar el peligro que tenemos delante, acelerando nuestro organismo y permitiendo ser más eficaces a la hora de afrontar esa situación (si un coche se salta un semáforo y viene hacia nosotros, con la respuesta de ansiedad podemos evitar que nos atropelle actuando con rapidez). También podemos sentir ansiedad si estamos en circunstancias ante las que no estamos muy familiarizados y que nos demanda un comportamiento especial, como hablar delante de una audiencia, hacer un examen, re alizar una entrevista de trabajo o compitiendo en un deporte. En estas circunstancias, nuestro organismo también se acelera, nos ponemos ansiosos y ello hace que hablemos mejor, pensemos más rápido o tengamos un mejor desempeño deportivo.
Con estos ejemplos vemos que la ansiedad es parte de nuestro ser, nos puede ayudar a vivir mejor e incluso puede ser beneficiosa para afrontar situaciones difíciles.
Todo y así, puede ser que este mecanismo nos traicione, principalmente cuando aparece en situaciones que no son peligrosas o no suponen un riesgo o amenaza importante, como subir ascensores, coger el autobús o el metro, o bien cuando aparece en situaciones dónde sí hay un cierto riesgo o hay algo en juego, pero la persona siente una ansiedad que es desproporcionada y acaba afectando a la realización de la tarea (por ejemplo ante un partido de tenis). Si la persona hace frente al partido de tenis con un cierto nivel de ansiedad (leve o moderada), podrá jugar mejor, estará más concentrado y su desempeño será mejor. Por el contrario, si la cantidad de ansiedad es muy alta, finalmente le afectará al desempeño y perjudicará su actuación en el partido.
Por lo tanto, podemos hablar de problemas de ansiedad cuando se siente gran ansiedad ante situaciones en las que la mayoría de personas no sienten ansiedad, o cuando se experimenta un grado extremo y muy intenso de ansiedad en situaciones donde la mayoría de la gente experimentaría una ansiedad leve o moderada.
En el ámbito de la psicología clínica los problemas de ansiedad se categorizan como “trastornos de ansiedad”. Veamos algunos ejemplos de estos trastornos:
TIPOS DE TRANSTORNOS DE ANSIEDAD:
Fobia simple:
Es un miedo exagerado a situaciones concretas u objetos como determinados animales (pájaros, perros), alturas, conducir, o lugares cerrados. La persona evita sistemáticamente estas situaciones.
Fobia social:
Es un miedo irracional a afrontar situaciones que impliquen contacto social, como ir a fiestas, hablar con gente o ligar. El temor básico es el miedo a la opinión que pueden tener los demás sobre uno mismo. Una persona con fobia social puede pensar “qué pensarán de mí”, “quedaré mal”, “voy a hacer el ridículo”.
Ansiedad generalizada:
La persona se preocupa de forma exagerada y no realista de dos o más circunstancias relevantes de su vida, como que le pase algo grave a alguno de sus familiares, tener problemas económicos o problemas laborales. Sienten que están continuamente activados y que no tienen la capacidad de desconectar.
Hipocondría:
La persona está convencida de que tiene una grave enfermedad que los médicos no le han diagnosticado. Interpretan sensaciones físicas (por ejemplo ansiedad, dolores de cabeza, manchas en la piel o sensaciones en las articulaciones) como síntomas de una supuesta enfermedad grave. Es por ello que llegan a visitar con exagerada frecuencia médicos y hospitales.
Estrés postraumático:
Es un problema de ansiedad que puede aparecer cuando una persona ha sufrido un acontecimiento altamente negativo, que sería extremadamente traumático para la mayoría de personas, como un atraco con violencia, agresión sexual, accidente, terremoto o atentado terrorista, entre otros. Las personas reviven mentalmente episodios de tal suceso, suelen tener pesadillas y tratan de evitar cualquier situación que mínimamente relacionen con el trauma.
Pánico- agorafobia:
Sufren ataques de pánico, es decir, oleadas repentinas de intenso miedo junto con sensaciones físicas desagradables (taquicardia, sudoración, mareos, falta de aire, etc.). Junto con esas sensaciones físicas, aparece el temor a que ocurran desgracias muy graves como morirse, tener un ataque al corazón, volverse loco, perder el control, ahogarse o desmayarse. En estas condiciones, la persona quiere liberarse del malestar y su reacción es buscar ayuda como yendo al hospital, al médico o al psicólogo. Algunas personas que sufren este trastorno y debido al miedo tan intenso a sufrir estas crisis, evitan situaciones donde pueda volver a ocurrir o sea difícil o socialmente embarazoso conseguir ayuda y/o escapar (agorafobia).
Para conocer la ansiedad de forma adecuada, la mejor opción es acudir a un terapeuta especializado en la ansiedad. La terapia contra la ansiedad es una disciplina que ha desarrollado tratamientos que han demostrado su eficacia para todas las ansiedades, por lo que la mejor opción es la consulta con un terapeuta. Él realizará una evaluación adecuada, y te enseñará las herramientas necesarias a través de un tratamiento eficaz y efectivo para que podáis resolver esas dificultades, y te ayudará a que vuelvas a disfrutar de la vida controlando tu ansiedad.
